Dolió por el momento y por el guion. River quedó eliminado en Avellaneda con un 3-2 que se definió en el tramo final y que deja una certeza incómoda: cuando el partido pedía control y cabeza fría, el equipo concedió metros, segundas pelotas y una última jugada que sentenció todo.
Cómo fue el 3-2 y la jugada del final
Fue un cruce abierto, con rachas y errores caros en las dos áreas. Racing encontró el golpe agónico en el cierre y ahí se terminó la historia. El desarrollo, minuto a minuto, puede repasarse en el seguimiento en vivo de La Nación, con detalle de las acciones decisivas.
Para ver el resumen compacto con goles y jugadas clave, vale el informe de TyC Sports. Y la lectura del cierre, con foco en protagonistas y clima, está bien trazada en el análisis de Olé.
Las claves que explican la eliminación
- Transición defensiva lenta: pérdidas en salida y coberturas que llegaron tarde. El equipo quedó largo cuando intentó recuperar tras pérdida.
- Rebote y segunda jugada: falta de densidad en la zona del mediocentro. Racing ganó metros desde ahí y cargó el área.
- Cambios y lectura: las modificaciones mejoraron frescura, pero no ordenaron el bloque corto cuando el partido pedía pausa.
- Pelota parada: se generó, pero sin ejecución fina; atrás hubo dudas en marcas cruzadas.
- Eficacia: River falló en dos situaciones claras que podían haber cambiado el envión del cierre.
Decisiones del cuerpo técnico: aciertos y deudas
Hubo intención de sostener la idea: presión coordinada, laterales selectivos y extremos alternando amplitud con diagonales. El plan funcionó por tramos, pero cuando el ritmo se partió faltó bajar una marcha y jugar a 25–30 metros. La gestión de los minutos finales —cambios, posesiones largas, faltas tácticas— quedó por debajo de lo que pedía un mano a mano.
Rendimientos, nombre por nombre
- Arco y zaga: respuestas en el mano a mano, pero problemas cuando el bloque quedó expuesto a la espalda.
- Laterales: correctos en salida, intermitentes en el retroceso. Faltó cobertura interior en las transiciones.
- Mediocentro: mucha tarea de bombero; necesitó un socio más cerca para el rebote.
- Interiores: buen primer pase; poca claridad en el último tercio.
- Extremos: desequilibrio por momentos; selección de centro mejorable.
- Nueve: pocas conexiones. Cuando recibió de espaldas, faltó segunda jugada cerca.
Lo que deja para 2025/26: objetivos, mercado y proyecto
El golpe redefine el mapa. Objetivos inmediatos perdidos y un cierre de año que obliga a reordenar prioridades: sanar lo anímico, blindar el vestuario y planificar con bisturí. La continuidad del proyecto y la hoja de ruta futbolística ya vienen marcadas —ver ideas y ajustes en el River 2026 de Gallardo—, pero el mercado de pases y los roles deberán afinarse tras esta eliminación.
Mercado de pases: tres necesidades claras
- Zaga: un central polivalente para escenarios de doble competencia.
- Mediocentro: perfil táctico que sostenga bloque corto y ordene el rebote.
- Extremo: cambio de ritmo y 1 vs 1 para abrir bloques bajos.
Estado anímico y vestuario
La herida es fresca. Toca procesar el golpe y transformar bronca en método. Ya lo señalábamos en la antesala del mata-mata: control emocional y detalles. La ruta competitiva del último tramo del año y el foco continental están trazados en este informe previo.
Qué sigue
- Semana 1: evaluación física y emocional; video de transiciones y pelota parada.
- Semana 2: definición de altas/bajas y pasillo para juveniles con rol específico.
- Pretemporada: bloques de trabajo para ajustar distancias entre líneas, variantes de balón parado y eficacia en el área.
Fue un cachetazo en el final. Pero de los golpes también se aprende si hay método y convicción. Vos, ¿qué ajuste harías primero de cara a 2026: reforzar el mediocentro o sumar desequilibrio por banda?







